Excelente arte con arena.



El cuerpo está relacionado en forma significativa con nuestra vida emocional.

De hecho nuestro cerebro o sistema límbico que se encarga de gobernar nuestras emociones, está conectado con el sistema nervioso autónomo o sistema nervioso involuntario.

El corazón, los intestinos, el estomago, páncreas, vejiga, y en general nuestras vísceras, no pueden ser gobernadas por nuestra voluntad mental. Por ejemplo, no podemos lograr que nuestro corazón deje de latir con tan solo darle una orden.

Sin embargo, las emociones, los estados de ánimo, toda la dinámica que ocurre en nuestro cerebro límbico, sí regula la condición de expansión – relajamiento o la de contracción- restricción.

De esta manera la contracción por tiempo prolongado, de nuestros intestinos, el corazón, u otros órganos de nuestro cuerpo, puede generar en úlceras, ataques al corazón, tensión alta, diarreas, algunos tipos del asma, etcétera, esto en gran parte por un mal manejo de las emociones.

Y por el contrario, la condición de relajación- expansión de estos, como consecuencia de emociones como la risa, el buen humor, optimismo, esperanza, pueden llegar a producir la liberación física de tensiones, permitiendo que el sistema inmunológico funcione óptimamente.

Prestar atención a las emociones, conocerlas, entenderlas, experimentarlas, aprender a canalizarlas es de importancia para cuidarnos en salud.

Conocer las emociones:

Entre el placer y el dolor, hay matices, no siempre podemos catalogar un estado emocional como “me siento bien” “me siento mal”.

Por ejemplo: Una emoción como la felicidad, tiene diferentes niveles de intensidad.

Un alto nivel de ella es estar: Excitado. Alborozado. Exaltado.

Un nivel medio: Risueño. Alegre. Bien.

Un nivel bajo: Contento. Conforme. Satisfecho.

Una emoción como la rabia, moviliza más energía cuando la persona desde este estado puede estar: Furiosa. Indignada o Violenta, que es un nivel alto de rabia. Incluso en este estado puede llegar a romper objetos, o agredir a otro, si no sabe controlar la rabia.

Y un nivel medio cuando se está: Enojado. Frustrado. Agitado. Un nivel bajo, que por supuesto mueve menos energía cuando se está. Tenso. Desalentado. Impaciente.

Identificar nuestras emociones es importante.

Experimentarlas:

Experimentar, no reprimir.

Puedes prestar atención a la experiencia corporal y lo que sientes entrando en contacto con la emoción. Tal cual con la emoción que te embarga, date cuenta de qué sensaciones sientes, dónde sientes y cómo estás respirando, cómo está tú posición corporal, ¿estás derecho? ¿rígido?. Presta atención a los detalles.

Ahora, expresa en voz baja o alta lo que sientes, por ejemplo: “Siento rabia” “noto la respiración rápida, agitada”, “noto el cuello tenso”, o “estoy placido, cómodo”

Haz consciente cada sensación y nómbrala.

Ahora, cambia el: “noto”, “siento” por: “Yo estoy”

“Yo estoy respirando rápidamente”, “yo estoy tensando el cuello” “yo estoy placido, cómodo”.

En este momento que asumes la responsabilidad por lo que sientes, das sentido a tú experiencia emocional como derivada de ti mismo.

Canalizarlas:

Zinder (1977) sostiene:

“La energía es bloqueada a menudo por temor a la excitación o a las emociones fuertes… Muchos individuos sienten que si permiten enojarse, aniquilaran su entorno; si expresan sus impulsos sexuales, serán maniacos y perversos; si expresan amor, abrumaran y sofocaran a la otra persona; si se permiten alardear, serán ridiculizados y rechazados”

Buscar la mejor forma de drenar las emociones permite darle salida para no inhibirlas o reprimirlas, para liberar energía y tensión, o para comunicar aquello que sentimos.

Si me pongo triste, lo natural es que el sentimiento salga en forma de llanto, sollozos.

Practicar algún deporte, correr, golpear almohadas o una pera de boxeo, rasgar papel, llorar, gritar, ubicando el contexto adecuado para expresar lo que sentimos y con la fuerza que lleva esa emoción permite desahogar mediante la acción.

Es importante no limitar la acción, si estás feliz por la llegada de alguien a quien quieres y no eres capaz de abrir los brazos, o tú rostro está inmóvil, entonces no estás expresando plenamente esa felicidad.

Si estás enojado, y sonríes mientras quieres expresar tú enojo porque percibes que el entorno no te permite expresarlo, entonces estás inhibiendo la emoción y viene la tensión, por la incongruencia existente entre lo que sientes y lo que muestras.

Experimentar el poder de tus sentimientos es importante.

“La acción en el mundo sirve como una importante fuente de experiencia por la que se nos da un sentido a la autorreflexión. Si su movimiento es débil e ineficaz, usted se sentirá débil y deficiente, sin poder experimentar una sensación de poder y fuerza. Si no puede gritar desde su diafragma y su vientre, sus “profundidades”, entonces no puede experimentar el núcleo de “la tristeza de sí mismo”. Si sus músculos están tensos y contraídos, entonces no podría experimentar su expansividad y apertura. El sí mismo se fundamenta y hace a través de la experiencia (contacto) en donde la conducta motora (acción) es una parte esencial”.Kepner (1992)



“Hay un amor secreto escondido detrás de cada problema. Aunque sea difícil de creer, las hipocondrías nos cuidan, las depresiones nos hace aminorar la marcha, las obsesiones son medios de limpiar la imagen, las sospechas paranoicas son modos de intentar ver a través – son todos estos movimientos de lo patológico modos en que somos amados con ese peculiar modo en que opera la psique”

James Hillman.