La carta dice que nos podemos servir de: sensaciones, percepciones, sabores, explosión de los sentidos.

El sabor nos permite degustar, también podemos olfatear, deleitarnos con la apariencia y textura. Es la impresión que nos causa un alimento u otra sustancia detectados por el gusto, así como por el olfato.


Sabor emocional.

Y es que el sabor puede ser utilizado para referirse a diferentes estados de ánimo, situaciones o temperamentos. Hemos escuchado hablar de personas con sabor en su carácter “ella es tan dulce”, “que persona tan amargada”, aseveraciones como: “el sabor agridulce de la venganza” o “disfrutar de las mieles del éxito”


Percepciones: Cuando evaluamos un sabor podemos tomar en cuenta, la presentación, aroma y sobre todo nuestra subjetividad, de esta forma lo llenamos con nuestras consideraciones culturales, valores, creencias para darle o no nuestro favoritismo.

Leía a un cheff que decía que el sabor no es estático, es dinámico es adaptable a nuestras circunstancias, la percepción que tenemos de cierto sabor se va modificando o cambiando de acuerdo a la costumbre o la disminución del placer.


Sinestesia: Existe una relación entre los sentidos y la psicología de los sabores, en donde los sabores, olores, colores, texturas juegan un papel predominante, y hace que pueda ocurrir a nivel psicológico una explosión de sensaciones que se potencian si colocamos música de nuestra preferencia.

Por cierto, que en este sentido se han realizado estudios en donde se vincula la música a sabores como el del vino. Logrando cambiar la percepción que de este se tiene en un 60% según el tipo de música que se coloque. “Así el rock de verdaderos clásicos como Jimi Hendrix o los Rolling Stones, es el perfecto acompañante para una copa de Cabernet Sauvignon, mientras que la opera da especial brillo a un Syrah 2006”, según un estudio realizado por los psicólogos de la Universidad de Heriot Watt de Edimburgo.


El alimento tiene un efecto en el estado psicológico, por lo que el sabor influye en las emociones.

Desde la cocina, muchos cheff han asociado cómo algunos platos pueden trasmitir emociones y sensaciones y hasta ciertos estados de ánimo.

Por ejemplo, asumen que olores como el de la menta transmite euforia, el de limón transmite alegría, el aroma del humo de la brasa, transmite calidez. Consideraciones estas generales que pueden parecerles familiares y ciertas a unos y a otros no.


La relación de sabores, olores, texturas pueden estar asociadas a lugares, experiencias, y de acuerdo a cómo los vivamos, ellos quedarían anclados a momentos agradables o no e influirían en nuestros estados de ánimo.

¿Puedes describir el sabor del chocolate y relacionarlo con algún momento en especial?, o ¿tal vez el de las uvas?