Un poco de música para liberar tensiones.





Para comprendernos y comprender todo lo que nos rodea, es importante en muchos casos investirnos de cierta objetividad. Cuando se trata de entender la realidad interna o externa se pueden presentar ocasionalmente conflictos entre la pasión y la razón, cada uno de ellos se traducen en emoción, preferencias, la lógica, la objetividad.

Esta última, la objetividad, es preciso considerarla si necesitamos ver las cosas desde una perspectiva menos apasionada y para llegar a conclusiones más certeras.

Como seres pensantes podemos hacer uso de herramientas para abordar la realidad desde formas sistemáticas que nos permitan estructurar una situación que de alguna manera nos afecta, al establecer ciertos parámetros podremos lograr centrarnos, y tener una guía para no confundir lo que deseamos con la realidad.

Dos procesos del pensamiento, uno correspondiente a actividad cerebral del hemisferio izquiedo lo constituye el análisis, por medio de el podemos ir dividiendo en pequeños elementos todo un acontecer que conforma la situación total que nos afecta o que queremos entender. El procedimiento consiste entonces en descomponer, aislar, desunir, separar en pequeñas partes un asunto, o situación para desmenuzarlo, examinarlo al detalle y entender sus intríngulis.

Pero, este procedimiento se queda corto, si lo dejamos hasta ahí, ya que es importante lograr asociar o relacionar esas partes fragmentadas entre si con el todo. A este procedimiento le llamamos síntesis y forma parte de la actividad cerebral de nuestro hemisferio derecho, conectar, integrar, eleva la calidad de nuestra visión ahora global del asunto.

Nuestra percepción inicial de esa realidad ahora ha cambiado. Por contraste lo mismo aplica para el trabajo en grupo y en equipo que trataré en otro post.